jueves, 4 de agosto de 2011

TU AL LOCK OUT Y YO A CALIFORNIA

Esta vez dedicaré un espacio en mi esquinita para abrir fuego con el balón grande, la NBA, que se encuentra en una situación delicada con el cierre patronal por tiempo indefinido. Eso va a afectar de manera considerada a aquellas franquicias que necesitan con urgencia remodelar sus plantillas de cara a mejorar sus resultados en las próximas campañas. Un claro ejemplo de esta situación es la de los Lakers, el equipo angelino sufrió el año pasado lo que podemos denominar como un fin de ciclo. La irrupción de conjuntos del Oeste con un mejor estado físico como el caso de los Thunders y las urgencias históricas de los Dallas Mavericks hicieron que los Gasol, Bryant y cía. sucumbieran en temporada regular para terminar precipitándose en post-temporada. Ni Kobe fue Bryant ni Pau fue Gasol y el rodillo de Dallas les pasó por encima.
Acabado el periplo angelino en la temporada se anuncio la ya sabida marcha de uno de los estandartes de la franquicia del Doctor Buss, el Maestro Zen, Phil Jackson. Ya se sabía que esta iba a ser su última temporada pero las despedidas, aunque sabidas, son duras de asimilar y más en casos como este, donde Jackson había devuelto a los Lakers los anillos y la historia que les hizo grandes en los años 80. Terminada la etapa Jackson la franquicia californiana decidió contratar como entrenador a Mike Brown, una decisión controvertida y debatible, puesto que se confía un equipo de entidad mundial a uno de los entrenadores más criticados en los últimos años. Brown viene de haber pasado un año sabático tras dirigir durante 6 temporadas a unos Cavaliers que nunca se llevaron la mejor parte del pastel, en ocasiones por plantilla y en ocasiones por las malas decisiones del bueno de Brown, en sus 6 campañas al frente del roster de Ohio siempre se le critico con dureza lo mal que jugaba  Cleveland, equipo que basaba todo su ataque en penetraciones de LeBron o tiros abiertos de francotiradores como Delonte West o Mo Williams, sinceramente a este entrenador nunca se le ha asignado una faceta, ni de defensivo, ni de ofensivo, ni de tener carácter, le podemos denominar citando al Maestro Montes como miembro del club de los “Ni fu , Ni fa” que entrenan en la liga.
Cuando acabe la huelga los Lakers deben darse prisa en confeccionar una plantilla mayor, con un fondo de armario limitadísimo donde solo se salva Odom y con algunos de los titulares en una situación delicada como el caso de Andrew Bynum. Kobe ya no estará para jugar 39 minutos, Gasol no podrá rendir al mismo nivel 100 partidos y con la salida de Ron Artest el equipo angelino deberá encontrar un Alero de garantías en alguna faceta del juego, todo esto sumado a un Derek Fisher  cuesta abajo y sin frenos como director de juego.
El dilema es complicado en un equipo con un límite salarial estrecho, así pues habrá que dejar salir para que entre alguien, las opciones son cuanto menos controvertidas. Kobe no saldrá jamás del staples, así pues solo quedara la opción de que algún starter del front-court diga adiós, Gasol por contrato o Bynum por rendimiento, ahí es la cuestión.  Pueden realizar un trade con Gasol esperando a Bynum  y su rendimiento físico por enésima vez o pueden haberse cansado del pívot de New Jersey y buscar un fichaje interesante y fiable.
Con el banquillo de los Lakers no quiero acentuar demasiado en una enfermedad degenerativa que sufren desde hace ya un lustro, ni están ni se les espera, nunca lo estuvieron cuando hicieron falta y probablemente estén entre los peores banquillos de la liga.
Por lo tanto la dirección de Los Ángeles deberá esperar a que se abra la liga y comenzar a realizar las decisiones que hayan tomado, renovarse o morir.


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